lunes, 28 de septiembre de 2009

Mi profesora caliente













Le levanté el babydoll y empecé a mamar sus tetas, ya tenía cara de placer, terminé de quitarle el babydoll, seguía mamando sus hermosas tetas, mientras que metí una mano en sus bragas y empecé a masajear su clítoris, quité sus bragas, al hacerlo vi un coño grande y rosadito, si perder tiempo comencé a chupárselo, ya no solo tenía expresión de satisfacción, si no también gemía de placer.

Hola me llamo Esteban, soy estudiante universitario y tengo 18 años, esto pasó hace ya tiempo y quería compartirlo con ustedes. Era un día de clases como cualquier otro.

Viernes, todos teníamos ganas de irnos a las 10 a.m. pero teníamos clases de geometría analítica, ese día la profesora estaba vestida con una falda no muy corta ni muy larga… pero mostraba bastante bien su bien formado culo, y sus piernas bien torneadas, es una mujer de aproximadamente 40 años, morena, con unas tetas grandes y paradas. Luego de que nos diera algo de clases, nos dijo, – A las 11:30 pueden irse, tengo algo que hacer y no puedo darles la clase completa pero tú Esteban quédate que necesito hablar un momento contigo. En el momento me dije – no pasé la prueba de circunferencia. Ya cuando todos se fueron me dijo:

- ¿Que te está pasando estás bajando las notas? Pero eso es otra historia, luego de la conversación me dijo: – Ayúdame con esto hasta el carro.

Pero en ese momento pasó algo interesante, se le cayó el borrador y ella se agachó a recogerlo sin ninguna discreción, dándome la espalda y mostrándome todo su culo, su coño se le marcaba en el hilo que tenía, se quedó así como por dos minutos, yo no le quité la vista, de repente enderezando su cuerpo me mira a los ojos y me dice:

– ¿Te gusta mi coño? En el momento dudé pero le dije: – ¿A quién no?, se ve jugoso, apetitoso y grande. – ¿A si?, espero que tu verga pueda satisfacer mi coño.

En ese momento dejé todo lo que tenía en la mano, la llevé contra la pared y comencé a besarla, mientras que con una mano le acariciaba el culo y con la otra sus tetas. De repente ella quita mi mano de su culo y me dice:

– Eres atrevido ¿he?, ¿sabes donde vivo?

Yo ni corto ni perezoso le respondí:

– Claro por supuesto que sí. – Pues ahora no vamos a tener sexo, ve a mi casa mañana en la mañana, que estoy desocupada, no llegues tarde. – ¡Por supuesto profesora!, allí estaré.

Y se fue pero no sin antes agarrar mi verga,

– Que dura la tienes – no dije nada pero ella sí… – Si no vas, no vas a pasar la materia, mira que me dejaste caliente.

Todo el camino de la universidad a mi casa estuvo mi verga parada, al llegar no pude hacer otra cosa más que ponerme agua fría para que se bajara. Al día siguiente me levanté muy temprano, eran las 6 a.m. me bañé, me vestí, y esperé a las 8 que es la hora que mi padre va al mercado con Melisa su esposa. Me fui con él, ya que pasaba cerca de la casa de la profe. De la avenida caminé una cuadra y llegué a su casa. Toqué a la puerta, y ella abrió en el momento,

- Te estaba esperando… – Pues ya estoy aquí.

Llevaba puesto un hilo más pequeño que el que llevaba el viernes, negro, con un babydoll rojo muy, muy cortito se le veían a leguas las tetas.

Al cerrar la puerta no esperé a nada, la tiré en el mueble y empecé a besarla, le levanté el babydoll y empecé a mamar sus tetas, ya tenía cara de placer, terminé de quitarle el babydoll, seguía mamando sus hermosas tetas, mientras que metí una mano en sus bragas y empecé a masajear su clítoris, en su cara se reflejaba el placer que estaba sintiendo, luego sin decir una palabra quité sus bragas, al hacerlo vi un coño grande y rosadito, si perder tiempo comencé a chupárselo, ya no solo tenía expresión de satisfacción, si no también gemía de placer.

Luego de aproximadamente 5 minutos chupando su coño introduje mi dedo en ella estimulándole el punto G, sus gemidos fueron aún más fuertes y notorios, entonces decidí chupar su culito, y acerté, gemía mucho más que antes y sin previo aviso, empezó a contraer su cuerpo, y me gritaba:

– No pares, no te detengas, continúa…

Me bañó de todo tipo de fluidos que salían de su coño, quedando como desmayada, ya no aguantaba mi verga, la saqué y suavemente la froté en su coño, al sentir esto ella volvió en si.

- Ahora me toca a mi darte placer.

Me agarró y me tiró al suelo, metiéndose mi verga en su húmedo coño, calentito y suavecito, cuando subía apretaba un poco la vagina, con los músculos de su concha, comprimían mi verga como deseando “ordeñarme” toda mi leche, se sentía muy rico, ella gemía, bufaba como fuera de sí, bañó dos veces mi verga, no aguanté tanto placer y entonces acabé.

– Tu leche está tan caliente, ¡y se siente tan bien en mi cuevita!

Y nos quedamos dormidos en el piso de la sala un buen rato.

Ella despertó primero, había tomado mi ropa y la estaba lavando, andaba desnuda por toda la casa, cuando desperté me dice:

– Vaya que eres bueno con la lengua. – Y usted si que es maravillosa con su coño, y por cierto es súper genial. – Ven vamos a bañarnos, tengo que ir a la universidad y así te llevo hasta tu casa. – Bueno, cumplo todo lo que me pida profe.

Cuando entramos al baño la puse de espaldas hacia mí y empecé a mamarle el coño otra vez…

- No pares hasta que tenga otro orgasmo…

Le introduje un dedo en el culo mientras chupaba su enorme coño, luego dejé de mamar su concha, no sin antes meterle dos dedos y estimularle el punto G, empecé a mamarle su ano, mordiendo sus nalgas de vez en cuando, cuando llegó al orgasmo, inmediatamente me dice:

– Apuesto a que quieres darme por el culo. – ¡Si no hay ningún problema!, me encanta su culito. – No hay ninguno, te lo has ganado, deja buscar lubricante.

Salió de la ducha y a los pocos minutos llegó con un frasco de aceite para bebés, tomó mi verga y pasó su lengua por toda ella, luego me la engrasó toda de aceite y me dio la espalda, se agachó y tomó sus nalgas con ambas manos me dejó a la vista el más hermoso panorama, su divino culo.

– Métela toda, hasta el fondo…

Sin más preámbulo le metí todo mi pene por el culo, gritó un poco pero luego gemía de placer y me pedía más y más, me hizo llegar como a los 5 minutos, apretaba las nalgas cada vez que lo movía, luego de eso terminamos de bañarnos, nos vestimos y me llevó hasta la universidad, pero en el camino iba tocando su rajita…

– Es tuya cuando esté libre, mientras me daba un beso de lengua. Y yo encantado.

Eso pasó hace unas semanas, y cada vez que la encuentro fuera de clases la saludo con un beso y una discreta agarrada de culo.

viernes, 25 de septiembre de 2009

COMPARTIENDO UN SECRETO




Ella comenzó a gritar que jamás soñó con tener un pene tan grande dentro de ella, que sentía que le abría las carnes, yo me daba cuenta que cuando se lo clavaba hasta el fondo ella sentía la estocada y eso me excitó mucho, era como estar saboreando su virginidad, y en efecto, eso era lo que estaba haciendo, por tamaño y por acción no me cupo ninguna duda que mi querida suegrita, por primera vez, estaba sintiendo aquellas sensaciones y era yo el que se las estaba proporcionando.

La historia que relataré es verdadera. Mi suegra y yo siempre nos hemos llevado muy bien, atenciones por parte de los dos, amistad, confianza, etc. Al transcurrir el tiempo fuimos tomando más confianza entre nosotros y así algunas veces en las cuales nos quedábamos a dormir en su casa o ella en la mía, la podía observar en ropa interior o de dormir. Poco a poco fui observando que poseía muy lindas piernas, buenos senos y un cuerpo atractivo, a pesar de su edad. (Ella tiene actualmente 58, yo 39 y mi suegro 65).

Después yo me fijaba o trataba de sorprenderla en ropa interior o trataba de tener algún tipo de contacto o roce con ella. También nuestras conversaciones, cuando nos encontrábamos solos eran poco a poco más fuertes, en lo que se refiere al sexo y lo platicábamos a menudo. De esta forma, con el correr del tiempo yo me encargaba de hacerle algunas friegas y masajes en su espalda, brazos y piernas, o bien, revisarle los pies para tratarle alguna uña, masajes, etc. Realizando estas prácticas, yo, cada vez me acercaba a sus zonas íntimas (senos, entre las piernas muy cerca de su vagina y las nalgas) ante lo cual yo me daba cuenta que cada vez me era posible tocar más y más.

También cuando le revisaba los pies, ya me era posible ver con toda calma sus calzones y todo lo que ocultaba bajo sus faldas. Esta práctica me excitaba mucho y me las arreglaba para conducir las conversaciones en torno al sexo y sus variantes. De esta forma ya hablábamos de ciertas posiciones, masturbación, exhibicionismo, sexo anal, etc. Temas que yo sabía que mi suegro jamás los llegaría a hablar con nadie. Así, gradualmente mi suegra comenzó a mostrarme cada vez más sus secretos, de la misma forma que comenzó a cambiar su vestuario, sobre todo, su ropa interior, la cual era cada vez más sexy. A estas alturas yo le acariciaba los pechos con la excusa de echarle alguna crema, yo disfrutaba mucho esta práctica tomándola siempre por atrás ya que a ella le daba vergüenza que se los viera y así aprovechaba de rozar mi cuerpo contra sus nalgas.

Cuando le revisaba los pies ella abría las piernas descuidadamente y yo tenía a mi disposición, sin ninguna reserva, la vista de sus piernas y en especial de su vagina, cubierta ahora por diminutos y transparentes calzones. Así, ella llegó a contarme que toda su vida vio al sexo como algo que se debía ocultar, que jamás tocó estos temas con su esposo (cosa que yo ya me lo imaginaba) y que al final de cuentas yo era la única persona con la cual conversaba de esto y que le gustaba aprender situaciones que ella jamás viviría; yo para mis adentros solo deseaba tener la oportunidad de realizar sus fantasías sexuales y las mías también, ya que me la imaginaba totalmente inexperta en estas lides.

Pasaba el tiempo y ella siempre me invitaba a su casa cuando estaba sola o llegaba a mi casa cuando yo también estaba solo y yo ya disfrutaba viendo su cuerpo y sus calzones totalmente mojados. A la menor oportunidad ella se recostaba y yo recorría su cuerpo con supuestos masajes, los cuales ahora eran caricias, de esta forma poco a poco comencé a tocar sus labios vaginales, primero sobre su calzón y después mis dedos se metían bajo sus delgadas prendas, mis dedos quedaban totalmente mojados por ella y mi pene totalmente erecto, ante lo cual yo me las ingeniaba para que ella se diera cuenta de esto, ya sea mediante roces y la simple vista a través de mi ropa. Así logré que ella alcanzara varios orgasmos y tácitamente, éramos cómplices de esta situación.

Cuando estábamos con otras personas, de una u otra forma ella se las arreglaba para abrir sus piernas y mostrarme sus encantos. Ya hablábamos de que estas prácticas a ella le hacían muy bien, porque su organismo comenzaba a producir algunas hormonas que su cuerpo ya había dejado de hacerlo, etc.

Un día le saqué los calzones y comencé a acariciar su ano, después de haber jugado un buen rato con su conchita, la note excitada como nunca y la masturbé analmente. Lubriqué mis dedos y se los introduje alternadamente, hasta que logré introducirle dos dedos al mismo tiempo, su orificio estaba muy dilatado y suave, producto de la crema aplicada, ella gemía y su respiración se tornó muy brusca, yo le dije que yo no aguantaba más y que necesitaba poseerla, que si ella no lo consentía la iba a violar de todas formas, ella contestó que podía hacerlo por el ano, ya que su esposo jamás la había tomado por ahí y que según una conversación anterior de esta forma su cuerpo absorbería mi semen y con ello proteínas y hormonas que mi cuerpo producía.

Yo me desvestí rápidamente mientras ella ondulaba su lindo y grande culo, puse la cabeza de mi pene, el cual estaba totalmente erecto, a la entrada de su ano y comencé a presionar hacia adentro, mi suegra comenzó a gritar de placer y le introduje el pene hasta el fondo, su ano estaba muy dilatado y lubricado. Sentí como ella estaba teniendo un orgasmo y yo le deposité todo el semen de mis bolas dentro del ano, fue una sensación inolvidable, y nos mantuvimos unidos un buen rato, ella ahora acostada boca abajo en la cama y yo sobre ella; luego noté que mi erección declinaba y fui a asearme un poco, regresé y al verla tendida sobre la cama con sus ropas totalmente revueltas mi pene se erectó nuevamente, la visión realmente era muy excitante, me acerque a ella y la comencé a acariciar, ella reacciono abriendo sus piernas, la puse de espaldas y se encontraron nuestras miradas, pude ver que estaba totalmente excitada, muy caliente.

Yo estaba de pie y ella podía observar mi pene frente a ella, deseándola, amenazándola con otra embestida. La hice sentarse y le introduje el pene en su boca, ella lo recibió primero suavemente y luego trato de tragárselo entero, me dijo que quería hacer un pacto, que quería ser la mujer más puta que pisara la tierra, que yo le hiciera todo lo que se me ocurriera, que ella necesitaba gozar de todo lo que se perdió y privó durante su vida, así entre palabras y gemidos yo eyaculé dentro de su boca, la cara de excitación de mi suegra en esos momentos fue indescriptible y tragó todo lo que le deposité.

Descansamos un momento y ella fue a cambiarse ropa, se puso unas medias y portaligas negros, una blusa trasparente y una falda, la cual, se tomó con un cinturón para que le quedara como minifalda. La visión fue magnífica, se paseó por el dormitorio para que pudiera admirarla y luego me dijo que fuéramos a la sala de estar, sus piernas se veían muy bonitas, su culo precioso y al agacharse descuidadamente se veía su conchita muy dilatada. Yo me senté en el sofá y me agarre el pene y comencé a ofrecérselo recostado en el sofá. Ella montó sobre mí y le ensarté el pene de un golpe, mi suegra dio un grito, yo la tomé de las caderas y comencé a moverme totalmente caliente.

Ella comenzó a gritar que jamás soñó con tener un pene tan grande dentro de ella, que sentía que le abría las carnes, yo me daba cuenta que cuando se lo clavaba hasta el fondo ella sentía la estocada y eso me excitó mucho, era como estar saboreando su virginidad, y en efecto, eso era lo que estaba haciendo, por tamaño y por acción no me cupo ninguna duda que mi querida suegrita, por primera vez, estaba sintiendo aquellas sensaciones y era yo el que se las estaba proporcionando. La tomé repetidas ocasiones y de diferentes formas, dentro de su cama, la cocina, el baño, por toda la casa, la disfruté de muchas maneras y ella se entregó totalmente incondicional, nos abandonamos a la lujuria, nos excitó de sobremanera la relación de suegra- yerno que existía entre nosotros.

Desde ese día, cada vez que podemos, nos entregamos a diferentes juegos eróticos, los cuales nos hacen muy bien a los dos y damos rienda suelta a nuestras fantasías sexuales.

Por lo anteriormente narrado, me considero un hombre muy afortunado, porque entre mi suegra y mi esposa, la cual también es muy caliente, cumplo los sueños y deseos secretos, los cuales yo sé que para muchos hombres son solo eso, sueños. Pero uno debe tratar de alcanzar los sueños, con inteligencia, perseverancia y un poco de audacia se pueden convertir en realidad.

La historia que narré es totalmente real y la quisimos compartir con ustedes, ya que ahora estoy escribiendo junto a mi querida suegrita. También les queremos contar que regularmente visitamos esta página en busca de “emociones” y que desde aquel día memorable se van a cumplir tres años.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Infidelidad: Sexo con la mujer de mi mejor amigo



Estaba completamente inundada en sus propios jugos, como tiraba esta mujer, subía y bajaba tan rápido que me dejaba muerto y ella no aguantaba sus gemidos, estábamos a mil, se meneaba en circulo y yo reventándome de placer, la empujé, y la puse en cuatro, se lo metía, y a ella le temblaban las piernas, estábamos todos mojados de sudor y de sus jugos no quería acabar nunca.

No voy a decir los nombres, solo me referiré a mi como yo, a mi mejor amigo como mi hermano, y a su mujer como ella; esto sucedió hace poco más de 2 años, Mi hermano y yo nos conocemos desde muy pequeños, éramos los peores enemigos, pero pasado el tiempo nos fuimos agradando y después con los años ya éramos inseparables. En nuestra adolescencia siempre soñábamos con irnos de ese estado donde vivíamos e irnos a otro cualquier sitio a ganar dinero tener nuestras propias cosas y conocer mujeres nuevas y bellas para rumbear, joder y tirar… a mis 19 años yo conseguí un empleo en otro estado del país y sin pensarlo me fui a trabajar, como el aun no tenia 19 en ese entonces, no pude hacer que entrara a trabajar en la misma empresa que yo por cuestiones de edad, alquilé una pieza para mi solo para vivir y así estuve por 2 años haciendo de las mías.

Cuando mi hermano cumplió los 19 yo estaba realmente emocionado porque mi hermanito venía a trabajar conmigo, ya tenía todo preparado, una pieza al lado de la mía y varias mujeres para hacer desastre… Resulta ser que cuando se vino me dijo que había conocido a la mujer de su vida y que estaba enamorado, más tarde ese día él la fue a recoger al Terminal y yo me quedé para cancelar lo de las mujeres. Cuando la vi me dije a mi mismo “no joda, las que iban a venir están mil veces más buenas que esta” pero lo decía porque era la que me frustró los planes de vivir lo soñado con mi hermano, pero la verdad no estaba nada mal. Yo no me había comprado nada solo la cama y el ventilador y lo demás me lo gastaba en rumbas, mujeres, jodedera.

Ella comenzó a estudiar sabatino y a trabajar en uno que otro lado, a los meses mi hermano y ella ya tenían, cama, clóset, ventilador, cocina, etc. y reunían para lo que faltaba y yo decidí también gastar la plata en algo útil y me compré un TV, a partir de ahí mi hermano, ella y yo éramos más unidos entre los tres ya que ellos no tenían TV y se venían a mi pieza a verla todo el día, cuando me tocaba trabajar le daba la llave a ella y ella pasaba todo el día ahí, a veces mi hermano estaba libre y yo no o al contrario, a veces yo llegaba tarde en la noche, me bañaba y ella estaba viendo la TV y yo me acostaba y me dormía, a veces me despertaba de madrugada y ella estaba allí aun viendo TV o se había quedado dormida con la tele encendida, o a veces me despertaba y ya no estaba y así pasó el tiempo y ellos seguían comprando de todo en artículos del hogar menos TV y para que si yo ya tenía una.

Un tiempo ella se quedaba dormida en mi cama y como había tal confianza que lo que hacía era apagar la tele y seguía durmiendo, un fin de semana estábamos los tres juntos de shopping en un CC pasándola bien y empezaron con una discusión simple como siempre lo hacían, pero al llegar a la casa la discusión se convertía en gritos, luego en golpes, en llantos y groserías. yo no hallaba que hacer pero ¿que podía hacer? en problemas de marido y mujer nadie se mete, al rato tocaron mi puerta era mi hermano y me dijo que si podía dejarla dormir a ella en mi cuarto que ella en la mañana se iba porque si la seguía viendo era capaz de matarla a golpes, yo le dije que si, está bien, como ella ya se quedaba dormida ahí como 4 días a la semana no le paré bolas y le dije que si, le pregunté que pasó y no me quiso decir, bueno así fue, ella tomó lo que pudo y se vino a mi pieza.

Al otro día me paré y me fui a callejear bien temprano esperando que cuando yo llegara a la casa ella no estuviera o estuviera ya reconciliada con mi hermano, al llegar a la casa todavía estaba allí pero en mi cuarto y me dijo que me estaba esperando, se puso a llorar y me dijo que no quería perder el semestre y que si se podía quedar ahí por un mes que terminaran las clases, no le di importancia y le dije que si… Pasaron dos semanas y todo seguía igual, a la tercera semana, ya había llegado el viernes y salgo temprano del trabajo y me voy a beber con los amigos, pasé todo el día tomando y me voy bien borracho para la casa, llegué, ella ya estaba despierta aun, me echo un baño y me acuesto con solo el paño en la cintura, ella me dijo voy a apagar el televisor para que duermas, yo no le respondí, no se porque pero me empecé a excitar, yo estaba súper caliente con el machete a mil y pensando que tenía a ese hembrón a mi lado, no podía dormir y la noche se me hacía interminable, empecé a rozarla con mi pene a ver si sentía, pero no se movía, le puse la mano encima de la pierna y me decía a mi mismo de la borrachera “esta noche o me linchan o me cojo a esta mami” y decidí meter mano.

Le pasaba la mano sobre las tetas pero con miedo, yo estaba de lado y ella de lado también pero dándome la espalda, yo me le acerco, y meto mi mano por dentro de los muslos tratando de abrirlos pero con una timidez absoluta, como no pude abrirlos me concentré en las tetas pasándole los dedos delicadamente sobre ellas sintiendo los pezones endurecerse poco a poco, pero ella no hacía ningún tipo de movimientos, ¿será que no siente? meto mi mano por dentro del camisón y la noto caliente. Pero… decido, por miedo dejar todo hasta allí, pensé en mi hermano y que era su mujer y yo me estaba propasando por el licor que sobrio nunca haría eso y de pronto dejé de tocarla y me volteo a tratar de dormir lo que quedaba de noche…

Al otro día me despierto y ella no estaba, yo pensé que se había ido por lo que sucedió, pero en la tarde, llego a la casa de nuevo, yo le pregunté donde estaba y ella me dijo: “Adiós y ahora eres mi papá o qué? echándome vaina “estaba en clases ¿no ves que hoy es sábado? ah si es verdad dije yo… se hizo de noche y estábamos acostados y yo no dejaba de pensar en la noche anterior y me tuve que confesar, me imagino que la conciencia me estaba matando…

Le dije: – Anoche… no… anoche… ¿No sentiste nada anoche? – ¿Que pasó anoche? respondió,… ¿En serio no sentiste? – No vale que dime, ¿Que pasó? – Anoche llegué borracho y empecé a tocarte mientras dormías ¿no sentiste nada? – ¿En serio? no te creo… – Si de verdad, pero no te hubiese dicho nada, y yo pensando todo el día en eso, que tonto…

Ahí quedó la conversación y apagamos las luces quedando el TV prendido, pasada ya la noche yo no podía dejar de pensar en eso… ella apagó la tele y media hora después ya estaba dormida y yo con una erección gigantesca de nuevo, yo me decía que me pasa hoy no tengo el pretexto de decir que estoy rascado, quédate quieto… pero que va otra vez y me dio por lo mismo que la noche anterior, comencé a manosear sus tetas, sus pezones estaban ya erectos, metí la mano por su entre muslo y sentí como ya no se me hacía difícil meter la mano, en la misma posición del día anterior me le pegué atrás con el pene totalmente parado acomodándolo entre sus nalgas, por fin hubo reacción de su parte, dejó escapar pequeños, gemidos de placer, eran casi mudos pero yo los sentía y ya sabía que ella también estaba sintiendo lo que estaba pasando, y doy el siguiente paso, comienzo a lamerle las orejas.

Ya los gemidos se oían claramente, con mi mano busqué su rajita por fuera de la ropa interior y la sentí mojada, le dije al oído, - ¿Ahora si sientes? ¿Te gusta? a lo que ella respondía solo con gemidos… Aaaahhh, Aaaahhh, Aaaaaah, la acomodé acostada boca arriba, me le coloqué encima, y le besé todo el cuello, los labios, bajaba lentamente del cuello a sus tetas, las juntaba las dos y las lamía en el centro, me metí uno de sus pezones a la boca y ya no podía controlar sus gemidos, agarraba una teta con mi mano mientras me chupaba la otra, que pezones tan ricos, sentía en mi boca, luego tomaba sus dos tetazas y bajaba lentamente con mi lengua por su cuerpo, sentía como se retorcía de placer, arqueaba su espalda pidiéndome que la penetrara, yo mientras seguía mi juego lento, me hacía mi camino hasta su vagina, metí mis dedos y ella se le escapó un grito de placer, me decía, – Ay que rico, que rico, sigue, sigue, esas palabras me ponían a mil y metí mi lengua en su vagina, ella me agarraba la cabeza, me la empujaba hacia ella como diciéndome, cómeme, toda, de repente sentía que le salían sus jugos, no eran chorros, eran más bien como una fuga interminable.

Con cada porción de sus jugos, sentía un temblor como si se estuviera electrizando, y me decía:

- Hace tanto tiempo que no me la chupan, ya había olvidado lo rico que es, sigue papi, sigue…

La hice acabar como tres veces con la lengua, luego se paró bruscamente, se bajó de la cama, se quitó lo que le quedaba de ropa y yo aproveché para quitarme la mía, y me acomodé para que se metiera mi pene en su vagina, mayor a sido mi sorpresa cuando sentí que en vez de montarse encima se ha llevado mi palo directamente a la boca, se lo chupaba como si fuera el último pene que fuera a ver en su vida, o más bien como el primero en mucho tiempo, me chupaba las bolas, se las llevaba a la boca completamente, se metía el pene rápidamente en la boca arriba, abajo, arriba, abajo sin parar, se lo sacaba lo chupaba por los lados, agarraba la cabeza y la succionaba que yo me muriera de placer, no pude aguantar más y le acabé un chorro de semen tan fuerte como nunca en mi vida había acabado antes, mi pene aun completamente erecto, se lo seguía llevando a la boca y limpiándome el resto del semen que me salía, le dije:

- Móntate…

Y en seguida se montó, el pene entró sin ningún problema ya que su vagina estaba completamente inundada en sus propios jugos, que rico, como tiraba esta mujer, subía y bajaba tan rápido que me dejaba muerto y con esas ganas de gritar y ella no aguantaba sus gemidos, estábamos a mil, se meneaba en circulo y yo reventándome de placer, la empujé, y la puse en cuatro, se lo metía, y a ella le temblaban las piernas, estábamos todos mojados de sudor y de sus jugos no quería acabar nunca, y ella me decía:

- Que rico papi, que rico papi, ahora si me voy a ir de aquí pero llena de placer, métemelo, métemelo…

La volteé boca arriba, junté sus piernas y las subí sobre uno de mis hombros y así la penetré, esa mujer ha empezado a gemir fuertemente, al principio le metía la mano en la boca para que se callara pero me mordía, me lamía la mano y luego ya no me importaba si gritaba o no, se le veían sus labios vaginales tan bellos desde esta posición que no quería dejar de verlos, le acomodé las piernas cada una en cada uno de mis hombros, le saqué mi miembro totalmente empapado y se lo dirigí hasta el culo, me intentaba separar con sus brazos pero yo ya estaba casi adentro, sus propios jugos ya le habían lubricado la entrada completamente gracias a la postura anterior.

Se lo metí de un solo golpe en el culo y me decía tratando de bajar la voz, – Por ahí no, por ahí no, no tan duro, házmelo más despacio, que por ahí no lo he hecho nunca, me llené de orgullo pensando que quien la hizo mujer por el culo por primera vez fui yo y se lo metía despacio y cada vez aumentando más las arremetidas, ella ya gritaba sin remordimientos, hasta que no pude más y le llené todo el culo con mi semen, se lo saqué y nos quedamos tendidos, en la cama un rato, luego prendimos la luz y las sábanas llenas de semen, la cama mojada…

Salí a bañarme y al rato salió ella, así terminó esa noche, toda esa semana lo seguimos haciendo todas las noches yo ya no me quedaba hasta tarde en el trabajo ni en la calle. Resulta que unos días después de eso ella y mi hermano se reconciliaron y hasta ahora seguimos juntos los 3. Vivimos en una casa grande, yo sigo disfrutando de mi vida de soltero pero cuando no consigo a una chica que me la de, mato mis ganas con la mujer de mi hermano.