sábado, 1 de mayo de 2010

ESPIANDO EN EL CINE


Se notaba que le gustó porque imprimía mucho entusiasmo a las caricias que le daba, seguían besándose y él acariciando sus tetas que ya estaban completamente afuera del brassier, con la luz de la pantalla se notaban preciosas en todo su esplendor, blancas, enormes, ricas, eran mamadas a cada momento por él, solo las dejaba para besarla en la boca pero de inmediato volvía a ellas.

Tengo un matrimonio amigo al cual veo desde hace muchos años, llevamos siendo trío más de 10 años, nos conocimos en el cine Paseo, en esa época en que ese cine además del Latino, el Paris, el Metropolitan y otros eran el paraíso de los mirones y exhibicionistas, donde encontrar parejas para tríos o solo para mirar no era cosa tan complicada. Todo eso se terminó desafortunadamente y ahora es bastante difícil contactar en los cines pequeños que tenemos ahora (esa es mi percepción, quizás si existan y no se cuales son).

Pues después del cierre de esos cines y de todos los del centro para convertirlos en multisalas dejamos de tener nuestros encuentros en los cines, ahora siempre que nos vemos lo hacemos en mi departamento y ahí hacemos el amor de una forma siempre satisfactoria entre los 3, aunque siempre tenemos la nostalgia de todas las aventuras y bellos momentos que vivimos en esas salas. En nosotros existe algo de deseo y excitación que nos lleva a disfrutar de hacer cosas íntimas en lugares públicos, esa excitación y la nostalgia nos a llevó a pensar en regresar a algún cine y recordar viejos tiempos, con esa idea en mente decidimos poner manos a la obra y volver a hacer lo que tanto nos gustaba, escogimos un cine, día y hora para vernos.

Leticia y Rubén (así les llamaré a mis amigos), me llamaron para decirme que en las salas de la Raza podríamos hacer algo, así que nos vimos el lunes a las 6 PM en la sala 1 que es la más grande y por lo mismo la más propia para tener la máxima intimidad posible. Llegué puntual a la cita, compré mi boleto y entré a la sala, estaba muy oscuro, magnifico para el plan, pasaban una película de piratas, la segunda parte, ya saben a cual me refiero, tiene partes donde la oscuridad es bastante y eso es bueno para no llamar la atención.

Cuando entré a la sala esperé un momento a que mi vista se acostumbrara a la oscuridad, ellos ya estaban ahí, sentados en la parte más discreta, la parte derecha y hasta las últimas filas, me senté en la fila de enfrente, justo delante de Rubén para poder voltear y ver a Lety sin dificultad, ese era el plan, llegar como si fuera un desconocido y repetir esas escenas que tanto nos calentaban en el pasado, de esa forma fue como nos conocimos.

Ella iba con una falda blanca tableada y un top en la parte de arriba, pero antes de seguir déjenme decirles como es ella, nuestra Lety es una mujer madura, ronda los 50 años, nunca le he preguntado su edad en verdad, es blanca de pelo negro, su piel es muy blanca, mide 1:68 algo alta, piernas largas no muy llenitas pero atractivas y siempre usa liguero, riquísima y cachonda prenda, no tiene mucha nalga, su principal atractivo no es el trasero ni su cadera, es un poco llenita sin llegar a gordita, pero definitivamente su máxima virtud son sus grandes tetas.

Tiene un par de ubres enormes, no se de tallas y copas, solo se que son las más grandes que conozco, un par de preciosas blancas y firmes tetas, de aureolas claras y pezones pequeños, cada una de esas tetas bien ocupa mis dos manos, suelo levantarlas y llevármelas a la boca usando las dos manos y aún queda espacio sin tocar.

Pues bien, ya instalado en mi butaca volteé a ver hacia atrás, recordando como hacia en esa época pasada, con discreción, disimulo y con mucha tranquilidad, muy sutilmente. Rubén se había sentado del lado de la pared y ella hacia el pasillo, los dos a media fila, empezó a subir la faldita tableada blanca y pude ver sus piernas envueltas en una medias claras, las cruzó para hacer más sensual la vista, mmmmm, que rica vista.

La pierna cruzada permitiendo ver el borde de la media y las ligas a medio muslo, que sensualidad de visión, de inmediato mi pene empezó a reaccionar, me puse de lado para ver mejor, en eso ella bajó la pierna cruzada y separó las piernas, subió su falda hasta la cadera y pude ver en plenitud el coñito coronado de pelitos oscuros, ¡que espectáculo!

Ver a una mujer atractiva en pleno cine con las piernas bien abiertas y la falda levantada hasta la cadera enseñando el coñito es un espectáculo único, me empecé a masturbar sobre el pantalón, al poco rato de estar mirando hacia atrás liberé mi pene del pantalón y dejé que saliera dándole completa libertad a mi verga erecta, tenía ya una erección formidable, había ya alcanzado su máximo tamaño, lo tomé entre mi mano estando así sentado de lado y acariciándolo sin dejar de mirar las piernas de Lety.

Mientras esto pasaba Rubén le tocaba los senos sobre el top, después lo levantó y dejo salir esos enormes pechos aún envueltos en un brassier de color rojo que no llegaba a cubrirlos sino solo los sostenía por la parte de abajo dejando libre y a mi vista toda la parte alta de sus dos preciosas tetazas, que escena nos habíamos montado, llena de erotismo de lujuria, cubriendo perfectamente sus deseos de exhibicionismo y los míos como buen mirón, como todo un voyeurista.

En esas estábamos, en lo más caliente cuando sucedió lo inesperado, de repente llegó un hombre y se sentó en la esquina de la fila donde estaban ellos, claro que vio todo lo que estaba pasando, se dio cuenta de lo que hacíamos y no quiso perderse el espectáculo, ni ellos ni yo supimos que hacer de momento.

Rubén bajó la falda y el top de Lety y nos quedamos quietos un rato, dejamos pasar el tiempo a ver que pasaba pero no pasó nada, ni se iba ni intentaba acercarse, ni nada. No estábamos dispuestos a perder el tiempo sin hacer algo, así que les hice señas para que siguiéramos en lo nuestro sin importar que el otro hombre estuviera ahí, Rubén subió la falda nuevamente y empezó a acariciarle las piernas a Lety y yo a mirar sin disimulo, el tipo estaba atento y mirando cada cosa que pasaba a unas 4 butacas de donde estaba él. Al rato se levantó y sin ninguna pregunta se sentó junto a ella, nos quedamos quietos todos.

En Rubén estaba la decisión de que hacer, pero no hizo nada de momento, no intentó cubrir a Lety, no le bajó la falda y volvió a seguir en lo que estaba, pasando la mano por los muslos, seguía tocándola y subiendo la mano hasta que llegó a su sexo, le metió la mano tocando sus pelitos esto lo interpretó el nuevo cómplice como una invitación a la acción y estiró su mano para tocarle también las piernas, al ver que no había ningún rechazo se sintió en libertad y lo hizo con más entusiasmo.

A los pocos minutos el nuevo amigo ya estaba envuelto en un faje riquísimo con Lety mientras Rubén y yo éramos mudos testigos de la pasión que se había desatado entre esta nueva e inesperada pareja que habían formado los dos, él le metía mano por todos lados, se besaban con muchas ganas, él bajaba de repente a mamar sus tetas mientras ella le apretaba la cabeza contra su pecho, abría sus piernas y él tocaba su sexo, lo frotaba con fuerza.

Siguieron así hasta que ella soltó un gemido largo y fuerte, estaba teniendo un orgasmo, volteé a ver alrededor, ninguna persona se dio cuenta, no escucharon gracias al fuerte sonido de la película, además de que estábamos a algo de distancia de los más cercanos y en la parte de atrás de la sala, prácticamente solos, fue un orgasmo intenso y largo, me di cuenta de que lo disfrutó, la conozco y se bien cuando disfruta una venida y esa había sido una muy buena venida.

Mientras eso pasaba Rubén y yo estábamos tocándonos el pene, cada uno se hacía una rica chaqueta, los dos mirando a Lety y al nuevo amigo y cómplice, siguieron en su faje, después del orgasmo de Lety él se sacó la verga, pude ver que era de mediano tamaño pero algo gorda, tomó la mano de Lety y la llevó a su pene, ella lo envolvió en su mano tomó y empezó a frotarlo como bien sabe hacerlo.

Se notaba que le gustó porque imprimía mucho entusiasmo a las caricias que le daba, seguían besándose y él acariciando sus tetas que ya estaban completamente afuera del top y del brassier, con la luz de la pantalla se notaban preciosas en todo su esplendor, blancas, enormes, ricas, eran mamadas a cada momento por él, solo las dejaba para besarla en la boca pero de inmediato volvía a ellas.

Yo se lo que es mamar esas tetas, son una delicia, tenerlas entre las manos, suaves, tibias, pesadas, es una experiencia única, sabía muy bien lo que sentía este amigo, y más que mientras hacía eso Lety seguía masajeándole la verga sin detenerse, claro que él no podía seguir durando tanto tiempo sin venirse, y pasó lo que tenía que pasar, de repente separó su cabeza de sus tetas, se tensó sobre su butaca, resopló fuerte, gimió y apretó la mano de Lety con las suyas y empezó a echar abundante leche sobre la mano de ella.

Mi amiga sin soltarle la verga la apuntó hacia delante para que el semen no cayera sobre el pantalón, seguía saliendo leche por unos momentos, este hombre se vino de forma fenomenal, parecía que traía un buen tiempo encima sin vaciarse, fue una buena venida, intensa y abundante, la leche que disparó fue a caer parte en la mano de ella y otra en el piso.


Rubén y yo veíamos todo ese momento con mucha atención, cuando esa verga dejó de tener contracciones ella volteó y le pidió papel a Rubén, tomó los pañuelos desechables y le limpió la verga al amigo, después se limpió la mano y con más calma se besaron, fue un beso lleno de satisfacción, de agradecimiento, largo y abrazándose fuerte los dos, después del beso hablaron algo entre ellos, se despidió en voz baja de nosotros, se levantó y se fue.

Lety se quedó totalmente desmadejada en su lugar, el tipo le había sobado el coñito con mucho entusiasmo y fuerza, estaba rendida, decidimos salir antes de que terminara la película, así que salimos, subimos a mi coche y nos fuimos a mi departamento a platicar la experiencia vivida, el erotismo que sentimos y claro Rubén y yo a saciar nuestras ganas aún no satisfechas dándole entre los dos una excelente cogida a Lety.

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