Me encontraba en este estado de semi inconsciencia, en mi cama cuando lo oí entrar. Ni despierta, ni dormida… pero percibiendo todos sus movimientos en la casa.
Encendió la luz del pasillo y por la rendija de la puerta, se iluminó mi suelueta, boca abajo en la cama, con tan sólo unas braguitas estilo culote y el sujetador, puesto que en esta casa en verano hace bastante calor.
Esta escena, junto que debía de estar con alguna cerveza de más, lo debió calentar aún más, porque se limitó a entrar en silencio en la habitación y a acariciarme a lo largo de una pierna hasta llegar a mi culo.
En ese momento, retiró la mano y sentí cómo sacaba su cartera y el móvil de los pantalones, dejándolos en la mesilla. Se quitó los calzoncillos y la camiseta y lo dejó caer todo al suelo.
Yo pensé “este es el momento en el que me despertará”
Y la verdad es que me apetecía que lo hiciera puesto que la noche era bastante pegajosa y a esas alturas todavía no había podido dejarme dormir. Al menos, cuando me dan polla por la noche consigo agotarme y dejarme dormir.
Sin embargo no me despertó como yo esperaba. Se dedicó a agarrar su enorme pene erecto y a masturbarse mientras me miraba. Incluso se puso de rodillas encima de mí, por el medio de sus piernas abiertas, estaban las mías semi cerradas. Yo oía ese ruido tan peculiar de cuando un hombre se toca de esa manera. Además, sentía su respiración, cada vez más agitada y acompañada de algún que otro gemido.
Yo seguía boca abajo haciéndome la dormida, aunque en verdad, ya mis hormonas empezaban a excitarse, cada vez sentía más calor de imaginar que un hombre se estaba masturbando de esa forma con tan sólo mirarme. Mi coño empezó a escucrrir líquido y fue en ese momento, en el que se dio cuenta de que no estaba dormida.
Me tocó el coño, con la intención de acariciarlo simplemente y se lo encontró totalmente encharcado.
- ¿estás despierta? - mmm – conseguí gemir. - mm?? y ese gemido qué quiere decir eh perrilla? no me lo puedo creer, yo intentando no despertarte y tu ahí con el coño lleno de agua… que pasa que no querías que te la metiera esta noche?
- Si, si quiero… hazlo porfa. - ¿y porqué no me lo decías eh? O acaso estabas teniendo fantasías con otro hombre eh? - no no, nada más lejos - anda que no, zorrilla, con la mente sucia y perversa que tienes… - que no, de verdad, te esperaba a ti
EStas palabras no le convencieron, se enfadó bastante y se limitó a arrancarme de cuajo esas bragas. De una forma algo brusca me las bajó y yo me limité a abrir algo más las piernas.
- encima se me abre de piernas la muy perra.
Yo esperaba a que me metiera los dedos o a que me estregara su pene para ir calentando aún más mi coño pero no tuvo tanta sensibilidad conmigo. Se había enfadado bastante. Con una mano me separó las nalgas y con la otra, cogió esa enorme tranca colocando el blande en la entrada de mi vagina. Afortunadamente, estaba ya lubricada con mis propios jugos, porque la embestida que me metió fue tan brutal que no pude sino emitir un enorme gemido mezcla de dolor y placer.
- AAAAHHHHHH AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
Empezó a follarme sin tapujos, una embestida tras otra, y yo cada vez levantaba más el culo para sentir cómo me llegaba esa pedazo de polla erecta hasta el final de coño. Hay un punto que incluso puede llegar a doler, pero cuando una está tan condenadamente cachonda de que se la folle un macho como este, se convierte en algo incomprensiblemente placentero.
Él no paraba de decirme obscenidades tipo: - te gusta eh putita? - si… me gusta… sigue por favor, sigue - joder, debería de estarte doliendo el coño con lo que te estoy dando, y tu sigues ahí pidiendo más como las perras de la calle… menuda zorra me vine yo a meter en casa… - ah ah ah sigue siiii ah ah ah
mis jadeos no cesaban, yo necesitaba más polla, y cada vez sacaba más y más jugos.
- sabes que te digo putita? que si tanta falta de rabo tienes esta noche debería de romperte ese culo rico que me estás poniendo.
Y les tengo que contar que en lo que se refiere a sexo anal, a mis casi 30 años, soy practicamente virgen, cosa que a Él le pone tremendamente cachondo. Aparte de las 3 ó 4 veces que lo habré hecho en toda mi vida, mi culo conserva esa especie de virginidad, me cuesta bastante dilatarlo y eso hace que cuando él me penetra, sienta milímetro a milímetro en su nabo cómo va entrando dentro de mí.
Reconozco que de todas las veces que me ha enculado, esta ha sido la que más me gustó y no sé qué es lo que tiene ese hombre que me pone tan condenadamente excitada.
Con tanto jugo que saqué de mi coño, me lo estregó por todo el ano, metiéndome sus dedos poco a poco, primero uno, luego otro… luego uno por cada agujerito a la vez.
Yo seguía gimiendo y eso le excitaba aún más. Me trataba como su puta particular, y seguía diciéndome obscenidades.
- te gusta puta? te gusta eh? esos gemidos no los dan sino las putitas sabes? tienes un agujero digno de reventar y de esta noche no te escapas…
- si por favor… házmelo… estoy realmente cachonda, sigue metiendome los dedos, sigue tocándome, poséeme, dame más porque estoy que estallo del calor - serás putita… pero tu te has oido hablar? joder cómo me estás poniendo la polla, por supuesto que te voy a dar lo tuyo
Nuevamente, puso su glande sobre mi culo e intentó hacer la primera penetrada, pero no lo consiguió.
- pero bueno puta, tu qué te crees que es esto? primero me invitas a pasar y luego te me cierras de esta manera?¿
- no no, vuelve a intentarlo, sigue tocándome, que yo quiero que entre - mentirosa, tienes el agujerito todo cerrado, no te dilata, qué pasa, que no te gusta lo que te estoy dando? - si si me gusta - calla puta mentirosa! – me decía mientras seguía introduciendo sus dedos en mi culo, dilatándolo aún más. - que no, de verdad, ves como te quiere dentro - no te creo perra! mira como el otro día te entraron todas esas pollas facilitas, te acuerdas? - si… ahhhh si…. ahhhh pero… pero es que eran otras pollas mas pequeñitas que la tuya - ah si? qué me estás diciendo? que tenía que haber traído a mis amigos a casa para que te abrieran bien el culo como el otro día? tanto te gustó perra? olvídate de pensar que cada vez que te quiera follar el culo tendrán que entrarte otros antes, este culo es mío, y tu eres MI puta, así que ya puedes irte dejando de follar por otros, que para algo te dejo quedarte conmigo hija de puta.
sus palabras me excitaban más y más… y yo le decía:
- yo sólo quiero que me lo hagas tu, no quiero a nadie más… me gusta tu polla, me gusta contigo, me gusta dejarme follar por ti, me gustan tus palabras sucias, me gusta que me digas qué tengo que hacerte para que te corras conmigo…
- ah si?? te gusta?? pues a qué esperas para abrirme ese culo eh? a qué? – volvió a ponerme el glande sobre mi coño pero a pesar d emi excitación, no conseguía entrar, la tiene exageradamente grande para mí. Se enfadó aún más de lo que ya estaba.
- mira puta perra, deja de mentirme de una vez ya! que tan cachonda no estás si no te dejas meter la polla de tu hombre dentro!. – me dio una enorme nalgada y me escupió en el ano. - ahhhh siii que bueno
mas nalgadas
me volvió a escupir
- esto es lo que te gusta? es esto? no… ya sé lo que te hace falta a ti.. el empujoncito final…
Estiró su brazo hasta la mesilla, cogió su cartera sacó un billete de 20 euros. Con su mano me agarró de los pelos, me tiró la cabeza hacia atrás y aprovechó que abrí la boca para soltar mi gemido de placer para meterme el billete dentro de la boca.
- así, ahora sí… como las putas de verdad, aquí tienes tu puto dinero por dejarte follar.
este gesto hizo que inmediatamente se me abriera el culo como el bebedero de un pato. Me puso la polla delante y dio esa enorme embestida, brutal, profunda, que me hizo gemir de placer, sacando el billete de mi boca.
- cómete el billete zorra, que es tuyo.
empezó a encularme salvajemente, yo estaba tan excitada por ese dinero que seguí poniendo el culo en pompa para que me lo reventara bien. El gemía, gritaba y me seguía diciendo guarradas
- así perra, déjate dar joder, pero qué rico culo tienes, te gusta eh¿ te gusta?
no me dejaba ni hablar
otro billete más de 20 euros en la boca.
cómete otro de estos más para que me dejes permiso para romperte el culo, te lo quiero destrozar. De aquí no paro hasta hacerte la sangres so puta.
yo gemía. Me estremecía. Me agarraba fuertemente a las sábanas.
Sus embestidas seguían y seguían… me agarraba del pelo, me obligaba a mantener el dinero en la boca. Estaba a punto de correrse.
- ahí te vas a llevar mi leche… joder mi putita cómo me tienes - y tu a mí cielo, sigue - te vas a dejar? no verdad?? Toma… toma puta, toma… toma otros 20 euros para que me dejes correrte el culo… AHHHHH AHHHH AHHHHHHHHHH
SE corrió todo… dejó caer su cuerpo sobre el mío y no me sacó la polla, aunque seguía haciendo presión, y mi coño se estregaba con las sábanas…
Y yo con el calentón que tenía, con el dinero en la boca y con una polla que seguía dándome por el culo, conseguí un extraordinario orgasmo contra las sábanas…
Sí… qué puta soy…
lunes, 22 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
VAMPIRAS
…y es como si hubieran pasado 200 años, realmente no se que pasó, solo sè que desde ese día ya no soy el mismo, mi ser se lleno de sombras, tristeza dudas e incertidumbre…
…el banjo que me regalaste es la prueba, hace un año que me lo diste y míralo, esta deshecho, apolillado, su maquinaria oxidada, no tiene lógica.
Solo recuerdo, que llegue a ese lugar y me aloje en el hotel, a la hora de la cena coincidí con un teniente del cuartel que estaba a las afueras del pueblo y al final de la cena hicimos buenas migas y me invito a tomar unos tragos en el cuartel, asi lo hicimos. Pasamos una buena velada bebiendo y yo tocando el banjo y terminamos a altas horas de la noche…
…me encamine de nuevo al pueblo, feliz, tranquilo, con la recomendación que no desviara el camino y no hiciera caso de nada que me llamara la atención en medio de la noche.
Al caminar un largo trecho, desconocí el camino, me desoriente y no hallaba el rumbo, había una luma llena hermosa, un poco de nubes que proyectaban sombras con figuras distorsionadas, mi sombra se alargaba con la luz de la luna y parecía un demonio emergiendo del mas allá…pero no sentí miedo, si me preocupe al no conocer el camino, más adelante en el horizonte se perfilaron unas tumbas, era un panteón, pero no recuerdo haber pasado por ahí, seguí caminando, y de pronto alcance a vislumbrar en una tumba, una dama recostada, con su cabello cubriéndole la cara, señorita, le puedo preguntar, ¿en que paraje nos encontramos? Ya que erre el camino y no sé cómo llegar al pueblo.
Ella apenas levanto la cabeza y con su brazo extendido me indico una dirección. Oiga, ¿pero que hace Ud. Aquí sola en medio de un panteón a estas horas de la noche? Apenas balbuceo una frases que no entendí, solo alcance a mirar sus ojos llenos de misticismo y una belleza extraordinaria cuando algunos rayos de luna se posaron en su lánguido rostro.. Me miro la mano y me pregunto de un anillo que llevaba puesto, ha es te anillo, es solo una baratija, no tiene valor. Si me lo das te llevo al Pueblo. Esta bien.
Se encamino y yo detrás de ella. Llevaba un vestido blanco de encaje hermoso, y unas sandalias blancas con hilo de oro igual hermosas. Sus pasos eran ligeros y ávidos y pronto ya había una distancia entre ella y yo…
Me apresure para alcanzarla al punto que llegábamos a un puente casi destruido, me indico que le diera el anillo y que yo atravesara el puente. Así lo hice y al atravesar el puente y mirar hacia atrás la mujer ya no estaba…bueno finalmente la mujer cumplió su promesa, alce los hombros y proseguí mi camino que ya había reconocido.
Al dar vuelta a la esquina camino al hotel, las casas se perfilaban en la semipenumbra por la sombra que provocan unas y otras. Decidí sacar mi banjo y entonar una melodía de amor, en tono bajo para no despertar a los vecinos.
De forma automática me detuve en una casona que llamo mi atención ya que se veía semiabandonada. Proseguí mi canción y de repente del balcón se asomo una mujer y se quedo escuchando mi canción, y me susurró, que le agradaba que me acordara de nuestra canción y que se la tocara al pie de su balcón. No hice aprecio del comentario ya que estaba inspirado tocando y cantando.
Me hizo señas de que entrara en la casa, me acerque a la puerta y esta se abrió, una ves dentro, estaba totalmente oscuro, solo sentí su presencia detrás mío y su mano palpando mi hombro. En ese momento sentí que corría un escalofrió por todo mi cuerpo…
Hizo que la siguiera, subimos una escalera, yo a tientas ya que desconocía en donde estaba. Llegamos a una habitación que se alumbraba por una chimenea y unos candelabros distribuidos por toda la habitación.
Pasa mi amor no seas cohibido, me dijo ella, en eso aprecie una belleza inusual, que me sedujo, me atrajo, me éxito, hizo que mi miembro palpitara y se pusiera erecto.
Pero no te quedes ahí parado, ven, siéntate a mi lado y sigue tocando y cantando nuestra hermosa canción. Para eso, en mis adentros pensaba, esta mujer esta loca, ya que en mi vida la he visto. Pero ya me había cautivado y decidí llegar hasta el final, solo pensaba en poseerla, hacerla mia, amarla, desnudar sus blancos hombros y contemplar su hermoso cuello, que de lado se antojaba dar una larga chupada.
En un momento en que atizaba el fuego, mire en 360º, y vi toda la habitación lujosamente decorada, con un estilo muy antiguo, pero de buen gusto, Los tapices se veían como de importación, cuadros muy finos, esculturas, maderas finas…
Amor, ven, y con su mano me indico una mesa totalmente llena de viandas sacadas como de una película para una velada romántica, había de todo, y lo necesario para una seducción total.
Sentía hambre, después de la caminata y accedí a tomar algunas viandas. Pero, y tu no vas a probar bocado? No, esta comida la he dispuesto solo para ti, solo quiero que pongas unas uvas en mi ombligo, en mis pechos, en mis partes intimas y que me hagas tuya…
Ya la pasión se había despertado y desesperado me abalance sobre de ella, al tocarla sentí el frio de la muerte, ella, estaba helada, y su piel era blanca como la nieve, poco a poco, se fueron sonrojando sus mejillas al calor de mis besos y caricias, que mis manos recorrían palmo a palmo cada centímetro de su desnudez. Coronado su pezón con una deliciosa fruta, la chupe y succione al grado de erectar el mismo y ella gemía de placer.
Ella me seguía mis intenciones y me besaba y chupaba el miembro, y me chupaba el cuello, y en cada chupada me sentía desfallecer de placer, y me sentía cada vez más débil pero lleno de pasión y lujuria.
Llene su ombligo de un delicioso vino y bebí de el cómo desesperado, y mi corazón más débil pero más excitado tratando de llegar al punto G de la gloria. Ella se incorporó, me levanto y tiro en el sillón, ella de espalda, abrió las piernas y se penetro…vi su larga espalda y como se perfilaba su columna vertebral, arriba y abajo, los impeles se hacían más frenéticos cada vez, saliendo gritos y gemidos de nuestras gargantas sin parar…no pares, no pares, sigue por favor sigue…sentía que ya no podía, que estaba a punto de desvanecerme, me sentía débil, pero ella de nuevo se acercaba a mi cuello y me besaba y me chupaba…
No se cuanto tiempo pasamos así, hasta que me desvanecí. Cuando abrí los ojos, me sentí todo adolorido y lo primero que busque fue a ella, pero ya no estaba. Yo estaba recostado en el mismo sillón, pero estaba todo viejo destruido, olía a humedad, las cortinas que vi en la noche hermosas, estaban roídas, el tapiz se caía a pedazos, el piso tenia tremendos hoyos que se veía el piso de abajo, y el banjo, que me regalaste, lo encontré así como lo ves ahora…es como si hubieran pasado 200 años…
…me encamine de nuevo al pueblo, feliz, tranquilo, con la recomendación que no desviara el camino y no hiciera caso de nada que me llamara la atención en medio de la noche.
Al caminar un largo trecho, desconocí el camino, me desoriente y no hallaba el rumbo, había una luma llena hermosa, un poco de nubes que proyectaban sombras con figuras distorsionadas, mi sombra se alargaba con la luz de la luna y parecía un demonio emergiendo del mas allá…pero no sentí miedo, si me preocupe al no conocer el camino, más adelante en el horizonte se perfilaron unas tumbas, era un panteón, pero no recuerdo haber pasado por ahí, seguí caminando, y de pronto alcance a vislumbrar en una tumba, una dama recostada, con su cabello cubriéndole la cara, señorita, le puedo preguntar, ¿en que paraje nos encontramos? Ya que erre el camino y no sé cómo llegar al pueblo.
Ella apenas levanto la cabeza y con su brazo extendido me indico una dirección. Oiga, ¿pero que hace Ud. Aquí sola en medio de un panteón a estas horas de la noche? Apenas balbuceo una frases que no entendí, solo alcance a mirar sus ojos llenos de misticismo y una belleza extraordinaria cuando algunos rayos de luna se posaron en su lánguido rostro.. Me miro la mano y me pregunto de un anillo que llevaba puesto, ha es te anillo, es solo una baratija, no tiene valor. Si me lo das te llevo al Pueblo. Esta bien.
Se encamino y yo detrás de ella. Llevaba un vestido blanco de encaje hermoso, y unas sandalias blancas con hilo de oro igual hermosas. Sus pasos eran ligeros y ávidos y pronto ya había una distancia entre ella y yo…
Me apresure para alcanzarla al punto que llegábamos a un puente casi destruido, me indico que le diera el anillo y que yo atravesara el puente. Así lo hice y al atravesar el puente y mirar hacia atrás la mujer ya no estaba…bueno finalmente la mujer cumplió su promesa, alce los hombros y proseguí mi camino que ya había reconocido.
Al dar vuelta a la esquina camino al hotel, las casas se perfilaban en la semipenumbra por la sombra que provocan unas y otras. Decidí sacar mi banjo y entonar una melodía de amor, en tono bajo para no despertar a los vecinos.
De forma automática me detuve en una casona que llamo mi atención ya que se veía semiabandonada. Proseguí mi canción y de repente del balcón se asomo una mujer y se quedo escuchando mi canción, y me susurró, que le agradaba que me acordara de nuestra canción y que se la tocara al pie de su balcón. No hice aprecio del comentario ya que estaba inspirado tocando y cantando.
Me hizo señas de que entrara en la casa, me acerque a la puerta y esta se abrió, una ves dentro, estaba totalmente oscuro, solo sentí su presencia detrás mío y su mano palpando mi hombro. En ese momento sentí que corría un escalofrió por todo mi cuerpo…
Hizo que la siguiera, subimos una escalera, yo a tientas ya que desconocía en donde estaba. Llegamos a una habitación que se alumbraba por una chimenea y unos candelabros distribuidos por toda la habitación.
Pasa mi amor no seas cohibido, me dijo ella, en eso aprecie una belleza inusual, que me sedujo, me atrajo, me éxito, hizo que mi miembro palpitara y se pusiera erecto.
Pero no te quedes ahí parado, ven, siéntate a mi lado y sigue tocando y cantando nuestra hermosa canción. Para eso, en mis adentros pensaba, esta mujer esta loca, ya que en mi vida la he visto. Pero ya me había cautivado y decidí llegar hasta el final, solo pensaba en poseerla, hacerla mia, amarla, desnudar sus blancos hombros y contemplar su hermoso cuello, que de lado se antojaba dar una larga chupada.
En un momento en que atizaba el fuego, mire en 360º, y vi toda la habitación lujosamente decorada, con un estilo muy antiguo, pero de buen gusto, Los tapices se veían como de importación, cuadros muy finos, esculturas, maderas finas…
Amor, ven, y con su mano me indico una mesa totalmente llena de viandas sacadas como de una película para una velada romántica, había de todo, y lo necesario para una seducción total.
Sentía hambre, después de la caminata y accedí a tomar algunas viandas. Pero, y tu no vas a probar bocado? No, esta comida la he dispuesto solo para ti, solo quiero que pongas unas uvas en mi ombligo, en mis pechos, en mis partes intimas y que me hagas tuya…
Ya la pasión se había despertado y desesperado me abalance sobre de ella, al tocarla sentí el frio de la muerte, ella, estaba helada, y su piel era blanca como la nieve, poco a poco, se fueron sonrojando sus mejillas al calor de mis besos y caricias, que mis manos recorrían palmo a palmo cada centímetro de su desnudez. Coronado su pezón con una deliciosa fruta, la chupe y succione al grado de erectar el mismo y ella gemía de placer.
Ella me seguía mis intenciones y me besaba y chupaba el miembro, y me chupaba el cuello, y en cada chupada me sentía desfallecer de placer, y me sentía cada vez más débil pero lleno de pasión y lujuria.
Llene su ombligo de un delicioso vino y bebí de el cómo desesperado, y mi corazón más débil pero más excitado tratando de llegar al punto G de la gloria. Ella se incorporó, me levanto y tiro en el sillón, ella de espalda, abrió las piernas y se penetro…vi su larga espalda y como se perfilaba su columna vertebral, arriba y abajo, los impeles se hacían más frenéticos cada vez, saliendo gritos y gemidos de nuestras gargantas sin parar…no pares, no pares, sigue por favor sigue…sentía que ya no podía, que estaba a punto de desvanecerme, me sentía débil, pero ella de nuevo se acercaba a mi cuello y me besaba y me chupaba…
No se cuanto tiempo pasamos así, hasta que me desvanecí. Cuando abrí los ojos, me sentí todo adolorido y lo primero que busque fue a ella, pero ya no estaba. Yo estaba recostado en el mismo sillón, pero estaba todo viejo destruido, olía a humedad, las cortinas que vi en la noche hermosas, estaban roídas, el tapiz se caía a pedazos, el piso tenia tremendos hoyos que se veía el piso de abajo, y el banjo, que me regalaste, lo encontré así como lo ves ahora…es como si hubieran pasado 200 años…
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