viernes, 4 de septiembre de 2009
Infidelidad: Sexo con la mujer de mi mejor amigo
Estaba completamente inundada en sus propios jugos, como tiraba esta mujer, subía y bajaba tan rápido que me dejaba muerto y ella no aguantaba sus gemidos, estábamos a mil, se meneaba en circulo y yo reventándome de placer, la empujé, y la puse en cuatro, se lo metía, y a ella le temblaban las piernas, estábamos todos mojados de sudor y de sus jugos no quería acabar nunca.
No voy a decir los nombres, solo me referiré a mi como yo, a mi mejor amigo como mi hermano, y a su mujer como ella; esto sucedió hace poco más de 2 años, Mi hermano y yo nos conocemos desde muy pequeños, éramos los peores enemigos, pero pasado el tiempo nos fuimos agradando y después con los años ya éramos inseparables. En nuestra adolescencia siempre soñábamos con irnos de ese estado donde vivíamos e irnos a otro cualquier sitio a ganar dinero tener nuestras propias cosas y conocer mujeres nuevas y bellas para rumbear, joder y tirar… a mis 19 años yo conseguí un empleo en otro estado del país y sin pensarlo me fui a trabajar, como el aun no tenia 19 en ese entonces, no pude hacer que entrara a trabajar en la misma empresa que yo por cuestiones de edad, alquilé una pieza para mi solo para vivir y así estuve por 2 años haciendo de las mías.
Cuando mi hermano cumplió los 19 yo estaba realmente emocionado porque mi hermanito venía a trabajar conmigo, ya tenía todo preparado, una pieza al lado de la mía y varias mujeres para hacer desastre… Resulta ser que cuando se vino me dijo que había conocido a la mujer de su vida y que estaba enamorado, más tarde ese día él la fue a recoger al Terminal y yo me quedé para cancelar lo de las mujeres. Cuando la vi me dije a mi mismo “no joda, las que iban a venir están mil veces más buenas que esta” pero lo decía porque era la que me frustró los planes de vivir lo soñado con mi hermano, pero la verdad no estaba nada mal. Yo no me había comprado nada solo la cama y el ventilador y lo demás me lo gastaba en rumbas, mujeres, jodedera.
Ella comenzó a estudiar sabatino y a trabajar en uno que otro lado, a los meses mi hermano y ella ya tenían, cama, clóset, ventilador, cocina, etc. y reunían para lo que faltaba y yo decidí también gastar la plata en algo útil y me compré un TV, a partir de ahí mi hermano, ella y yo éramos más unidos entre los tres ya que ellos no tenían TV y se venían a mi pieza a verla todo el día, cuando me tocaba trabajar le daba la llave a ella y ella pasaba todo el día ahí, a veces mi hermano estaba libre y yo no o al contrario, a veces yo llegaba tarde en la noche, me bañaba y ella estaba viendo la TV y yo me acostaba y me dormía, a veces me despertaba de madrugada y ella estaba allí aun viendo TV o se había quedado dormida con la tele encendida, o a veces me despertaba y ya no estaba y así pasó el tiempo y ellos seguían comprando de todo en artículos del hogar menos TV y para que si yo ya tenía una.
Un tiempo ella se quedaba dormida en mi cama y como había tal confianza que lo que hacía era apagar la tele y seguía durmiendo, un fin de semana estábamos los tres juntos de shopping en un CC pasándola bien y empezaron con una discusión simple como siempre lo hacían, pero al llegar a la casa la discusión se convertía en gritos, luego en golpes, en llantos y groserías. yo no hallaba que hacer pero ¿que podía hacer? en problemas de marido y mujer nadie se mete, al rato tocaron mi puerta era mi hermano y me dijo que si podía dejarla dormir a ella en mi cuarto que ella en la mañana se iba porque si la seguía viendo era capaz de matarla a golpes, yo le dije que si, está bien, como ella ya se quedaba dormida ahí como 4 días a la semana no le paré bolas y le dije que si, le pregunté que pasó y no me quiso decir, bueno así fue, ella tomó lo que pudo y se vino a mi pieza.
Al otro día me paré y me fui a callejear bien temprano esperando que cuando yo llegara a la casa ella no estuviera o estuviera ya reconciliada con mi hermano, al llegar a la casa todavía estaba allí pero en mi cuarto y me dijo que me estaba esperando, se puso a llorar y me dijo que no quería perder el semestre y que si se podía quedar ahí por un mes que terminaran las clases, no le di importancia y le dije que si… Pasaron dos semanas y todo seguía igual, a la tercera semana, ya había llegado el viernes y salgo temprano del trabajo y me voy a beber con los amigos, pasé todo el día tomando y me voy bien borracho para la casa, llegué, ella ya estaba despierta aun, me echo un baño y me acuesto con solo el paño en la cintura, ella me dijo voy a apagar el televisor para que duermas, yo no le respondí, no se porque pero me empecé a excitar, yo estaba súper caliente con el machete a mil y pensando que tenía a ese hembrón a mi lado, no podía dormir y la noche se me hacía interminable, empecé a rozarla con mi pene a ver si sentía, pero no se movía, le puse la mano encima de la pierna y me decía a mi mismo de la borrachera “esta noche o me linchan o me cojo a esta mami” y decidí meter mano.
Le pasaba la mano sobre las tetas pero con miedo, yo estaba de lado y ella de lado también pero dándome la espalda, yo me le acerco, y meto mi mano por dentro de los muslos tratando de abrirlos pero con una timidez absoluta, como no pude abrirlos me concentré en las tetas pasándole los dedos delicadamente sobre ellas sintiendo los pezones endurecerse poco a poco, pero ella no hacía ningún tipo de movimientos, ¿será que no siente? meto mi mano por dentro del camisón y la noto caliente. Pero… decido, por miedo dejar todo hasta allí, pensé en mi hermano y que era su mujer y yo me estaba propasando por el licor que sobrio nunca haría eso y de pronto dejé de tocarla y me volteo a tratar de dormir lo que quedaba de noche…
Al otro día me despierto y ella no estaba, yo pensé que se había ido por lo que sucedió, pero en la tarde, llego a la casa de nuevo, yo le pregunté donde estaba y ella me dijo: “Adiós y ahora eres mi papá o qué? echándome vaina “estaba en clases ¿no ves que hoy es sábado? ah si es verdad dije yo… se hizo de noche y estábamos acostados y yo no dejaba de pensar en la noche anterior y me tuve que confesar, me imagino que la conciencia me estaba matando…
Le dije: – Anoche… no… anoche… ¿No sentiste nada anoche? – ¿Que pasó anoche? respondió,… ¿En serio no sentiste? – No vale que dime, ¿Que pasó? – Anoche llegué borracho y empecé a tocarte mientras dormías ¿no sentiste nada? – ¿En serio? no te creo… – Si de verdad, pero no te hubiese dicho nada, y yo pensando todo el día en eso, que tonto…
Ahí quedó la conversación y apagamos las luces quedando el TV prendido, pasada ya la noche yo no podía dejar de pensar en eso… ella apagó la tele y media hora después ya estaba dormida y yo con una erección gigantesca de nuevo, yo me decía que me pasa hoy no tengo el pretexto de decir que estoy rascado, quédate quieto… pero que va otra vez y me dio por lo mismo que la noche anterior, comencé a manosear sus tetas, sus pezones estaban ya erectos, metí la mano por su entre muslo y sentí como ya no se me hacía difícil meter la mano, en la misma posición del día anterior me le pegué atrás con el pene totalmente parado acomodándolo entre sus nalgas, por fin hubo reacción de su parte, dejó escapar pequeños, gemidos de placer, eran casi mudos pero yo los sentía y ya sabía que ella también estaba sintiendo lo que estaba pasando, y doy el siguiente paso, comienzo a lamerle las orejas.
Ya los gemidos se oían claramente, con mi mano busqué su rajita por fuera de la ropa interior y la sentí mojada, le dije al oído, - ¿Ahora si sientes? ¿Te gusta? a lo que ella respondía solo con gemidos… Aaaahhh, Aaaahhh, Aaaaaah, la acomodé acostada boca arriba, me le coloqué encima, y le besé todo el cuello, los labios, bajaba lentamente del cuello a sus tetas, las juntaba las dos y las lamía en el centro, me metí uno de sus pezones a la boca y ya no podía controlar sus gemidos, agarraba una teta con mi mano mientras me chupaba la otra, que pezones tan ricos, sentía en mi boca, luego tomaba sus dos tetazas y bajaba lentamente con mi lengua por su cuerpo, sentía como se retorcía de placer, arqueaba su espalda pidiéndome que la penetrara, yo mientras seguía mi juego lento, me hacía mi camino hasta su vagina, metí mis dedos y ella se le escapó un grito de placer, me decía, – Ay que rico, que rico, sigue, sigue, esas palabras me ponían a mil y metí mi lengua en su vagina, ella me agarraba la cabeza, me la empujaba hacia ella como diciéndome, cómeme, toda, de repente sentía que le salían sus jugos, no eran chorros, eran más bien como una fuga interminable.
Con cada porción de sus jugos, sentía un temblor como si se estuviera electrizando, y me decía:
- Hace tanto tiempo que no me la chupan, ya había olvidado lo rico que es, sigue papi, sigue…
La hice acabar como tres veces con la lengua, luego se paró bruscamente, se bajó de la cama, se quitó lo que le quedaba de ropa y yo aproveché para quitarme la mía, y me acomodé para que se metiera mi pene en su vagina, mayor a sido mi sorpresa cuando sentí que en vez de montarse encima se ha llevado mi palo directamente a la boca, se lo chupaba como si fuera el último pene que fuera a ver en su vida, o más bien como el primero en mucho tiempo, me chupaba las bolas, se las llevaba a la boca completamente, se metía el pene rápidamente en la boca arriba, abajo, arriba, abajo sin parar, se lo sacaba lo chupaba por los lados, agarraba la cabeza y la succionaba que yo me muriera de placer, no pude aguantar más y le acabé un chorro de semen tan fuerte como nunca en mi vida había acabado antes, mi pene aun completamente erecto, se lo seguía llevando a la boca y limpiándome el resto del semen que me salía, le dije:
- Móntate…
Y en seguida se montó, el pene entró sin ningún problema ya que su vagina estaba completamente inundada en sus propios jugos, que rico, como tiraba esta mujer, subía y bajaba tan rápido que me dejaba muerto y con esas ganas de gritar y ella no aguantaba sus gemidos, estábamos a mil, se meneaba en circulo y yo reventándome de placer, la empujé, y la puse en cuatro, se lo metía, y a ella le temblaban las piernas, estábamos todos mojados de sudor y de sus jugos no quería acabar nunca, y ella me decía:
- Que rico papi, que rico papi, ahora si me voy a ir de aquí pero llena de placer, métemelo, métemelo…
La volteé boca arriba, junté sus piernas y las subí sobre uno de mis hombros y así la penetré, esa mujer ha empezado a gemir fuertemente, al principio le metía la mano en la boca para que se callara pero me mordía, me lamía la mano y luego ya no me importaba si gritaba o no, se le veían sus labios vaginales tan bellos desde esta posición que no quería dejar de verlos, le acomodé las piernas cada una en cada uno de mis hombros, le saqué mi miembro totalmente empapado y se lo dirigí hasta el culo, me intentaba separar con sus brazos pero yo ya estaba casi adentro, sus propios jugos ya le habían lubricado la entrada completamente gracias a la postura anterior.
Se lo metí de un solo golpe en el culo y me decía tratando de bajar la voz, – Por ahí no, por ahí no, no tan duro, házmelo más despacio, que por ahí no lo he hecho nunca, me llené de orgullo pensando que quien la hizo mujer por el culo por primera vez fui yo y se lo metía despacio y cada vez aumentando más las arremetidas, ella ya gritaba sin remordimientos, hasta que no pude más y le llené todo el culo con mi semen, se lo saqué y nos quedamos tendidos, en la cama un rato, luego prendimos la luz y las sábanas llenas de semen, la cama mojada…
Salí a bañarme y al rato salió ella, así terminó esa noche, toda esa semana lo seguimos haciendo todas las noches yo ya no me quedaba hasta tarde en el trabajo ni en la calle. Resulta que unos días después de eso ella y mi hermano se reconciliaron y hasta ahora seguimos juntos los 3. Vivimos en una casa grande, yo sigo disfrutando de mi vida de soltero pero cuando no consigo a una chica que me la de, mato mis ganas con la mujer de mi hermano.
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