miércoles, 10 de febrero de 2010

SOFIA Y VALENTINA




Hola mi hombre es Valentina y quiero contarles mi primera experiencia, fue algo tan lindo que jamás olvidare no fue solo mi experiencia sexual que de paso fue también mi primera experiencia lesbica.

Soy la única hija de un matrimonio mayor, por lo tanto siempre fui mimada y complacida en todo, tanto por los parientes de mi madre como por la familia de mi padre.

Cuando estaba convirtiéndome en mujercita, mis padres viajaron por motivos de salud a otro país y me dejaron en casa de una tía que era viuda y sin hijos. Al principio me la pasaba muy aburrida, la tía Sofía era una mujer muy sería y aun que era bastante joven, creo que entonces tendría unos 35 años, tenia un carácter muy recio, siempre la había tratado en reuniones familiares y no era muy cariñosa con los niños por lo que la mayor parte del tiempo me ignoraba, pero la convivencia en esas semanas, me la demostró como una mujer muy agradable, dulce y simpática; por las mañanas yo iba al colegio y por las tardes la acompañaba a la peluquería de la que era dueña, ahí las chicas que trabajaban para ella se divertían peinándome y maquillándome, todos al verme me decían muchos piropos, era yo una chica muy bonita, con una larga cabellera lacia y oscura, había heredado de mis abuelos andaluces los ojos grandes y negros, era alta para mi edad y rellenita de curvas pronunciadas, por lo que al verme siempre me daban mas edad de la que tenía, para entonces tenía mis pechos bastante desarrollados y nalgas y caderas redondas.

Ese día en particular, las chicas insistieron en maquillarme y me hicieron un coqueto peinado que me hacía parecer mucho mayor, mi tía al verme hizo un gesto de reprobación para el gusto de ella tenía los labios demasiado maquillados pero me dejo seguir así toda la tarde. Cuando volvíamos a casa durante el trayecto comenzó a preguntarme si tenía novio, yo espantada le dije que no, y me platico de sus novios, de cómo era ella cuando tenía mi edad y hasta me dijo que éramos bastante parecidas físicamente.

Cenamos juntas y luego de ducharnos ya para dormir, me invito a ver la tele en su cuarto, me puse cómoda con una camisetita tipo top y unos bóxer, ella llevaba una bata color champaña, nos metimos ambas en la cama como habíamos hecho en otras ocasiones, cuando casualmente puso su mano en mi pierna izquierda, y la comenzó a frotar acercándose a mi chochito, cuando se acerco mucho, me volví a verla y ella me sonrió, era en verdad una mujer hermosa, de abundante melena negra, larga y rizada, sus dientes eran blancos, perfectos, y sus ojos tan grandes y oscuros como los míos brillaban con gran intensidad, por alguna razón me fije en que no llevaba sostén y sus senos grandes, mostraban unos pezones erectos, generosos, pensé que en un tiempo también mis pechos tendrían aquel tamaño, y aun no se por que pero separe mis piernas, ella me vio a los ojos y deslizo su mano por encima del bóxer pero ya sobando mi conchita, abrí un poco mas las piernas y fingí que veía la tele, pero las caricias que tía Sofía hacía en mi concha eran tan efectivas, que comencé a sentir que mi cuerpo entero temblaba, y moví mi cadera quería acelerar aquel movimiento y un leve pujido se escapo de mis labios, eso fue suficiente Sofía acerco su rostro a mi, y me dio mi primer beso fue algo delicioso, dulce, apasionado, comenzó suavecito con mis labios y como yo cedía introdujo su lengua y las caricias de su lengua el mete y saca de su lengua en mi boca y los frotamientos en mi sexo me hacían jadear, era delicioso.

¿Te gusta Valen?, ¿Quieres más? – me pregunto, yo le dije que sí y ella procedió a despojarme de mi top y del bóxer que llevaba, estaba ahí en su cama desnuda y jadeando, la verdad es que quería disfrutar más de las caricias de tía Sofía, y no me hizo esperar mucho, pues se coloco en cuatro sobre mi y comenzó a mamar mis pechos, tenía los pezones pequeños pero respondieron al estimulo de su lengua tibia, mientras sentía que mi sexo también tibio se humedecía, tía Sofí paso mucho tiempo en mis pechos, y con sus manos acariciaba mi abdomen, brazos pero me gustaba mas cuando su mano hurgaba en mi chochito y me frotaba el clítoris, luego de eso me hizo poner boca abajo, y acaricio mis piernas, muslos y espalda, luego me mordió suavemente las nalgas y me hizo abrir las piernas y me acaricio el clítoris en esa posición, después me acostó atravesada en la cama con las piernas colgando y ella me dio lo mejor que me han dado en mi vida: Una exquisita mamada, comió mi sexo como una diosa, tomo mi clítoris como un caramelo su lengua guiaba los movimientos de todo mi cuerpo y en esos momentos yo no tenia ni piernas, ni brazos todo mi cuerpo era aquel pequeño promontorio que mi tía succionaba a su antojo, no sabia reconocer esa sensación pero fueron unos orgasmo cataclismicos los que me regalo mi divina tía Sofía, sentí en uno de ellos que mi tía me había introducido dos de sus dedos en mi vagina y me penetraba entonces me dijo que encogiera mis piernas para poder penetrarme mas profundamente y sentí dolor, pero con su dedo pulgar de la mano izquierda mi tía me frotaba el clítoris por lo que nuevamente levante la cadera sin importarme el dolor que luego fue solo placer; fui desvirgada esa misma noche por mi tía, la señal fue un pequeño hilo de sangre en los dedos de mi tía, los que ella llevo a su boca y los chupo frente a mi y me dijo “Te desvirgue Valentina”, la frase me calentó más por lo que tuve un bis, mi tía me comió nuevamente el chochito, estaba algo adolorida de mis piernas, las había tenido abiertas durante mas tiempo que nunca, pero no paraba de gozar.

Dormimos juntas un rato, pero ya avanzada la noche me desperté al lado de mi tía ella también estaba desnuda y a la claridad de la ventana, contemple su cuerpo esplendido, liso, aun que algo entrada en carnes, sus pechos grandes de pezones achatados, y su sexo bien depilado de regular tamaño, me concentre en sus pechos, quería mamar de ellos como un bebé, como ella había hecho conmigo hacía un rato, y lo hice, por lo que ella se despertó y me vio con alegría, torpemente trate de hacer lo que ella me había hecho y seguramente mi tía ya estaba caliente por lo que había pasado que no me fue complicado oírla gemir de placer, mi mano se deslizaba por aquella concha grande y jugosa, por lo que no resistí, quería comérmela, necesitaba saborear lo que ella había saboreado, y me dio mucho placer hacer gozar a mi tía, mi cara en su concha con sabor y olor de sexo, de hembra caliente, giraba al ritmo que ella giraba su cadera, fue algo inolvidable.

Amanecimos abrazada y dormimos así los tres meses siguientes, luego volvieron mis padres y yo volví con ellos, pero de ahí en adelante, fin de semana y vacaciones pase con mi guapa tía Sofía.

Eso me sucedió cuando recién cumplí la mayoría de edad, ahora tengo 28 años y he disfrutado de muchos hombres y mujeres, pero mi tía me enseño a no darme por menos que el verdadero gozo sexual, y he descubierto que es delicioso ser penetrada por un hombre pero que lo mas exquisito es tener en el sexo la lengua tibia y húmeda de una mujer, siempre vuelvo con ella que es tan buena y deliciosa para mi.

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